Aquí os dejo con el tercer capítulo, siento la tardanza, pero ya hemos empezado el curso... Y hay poco tiempo, pero seguiremos subiendo capítulos.
Presentaciones
Me
encantó saber que un año más podría estar junto a mis dos mejores amigos, la
verdad, sin ellos no sé lo que haría. Sobre todo sin I, porque sin ella, sus bromas y sus paranollas las horas de clase se
hacían eternas.
Este año sería genial, algo me lo decía por dentro. Además también estaría con Kiwi, solo estuve un año separada de él, y
justamente fue en el mismo en el que conocí a I… ¿Casualidad? Puede ser, pero
la vida me había enseñado que las casualidades no existían.
Y conocería gente nueva, como el Hombre de las Fragancia, Blabgirl o M. En realidad a M ya lo conocía… en
primero de la ESO casi siempre estaba con la Pija y había escuchado hablar sobre él y sus
historietas en el colegio con ella e I. Yo ya
sabía que ese año nos tocaría en la misma clase, siempre pensé que sería un fastidio,
todos a mi alrededor decían que era un pesado insufrible, pero con el tiempo mi
opinión sobre él cambiaría, aun así todavía tenía que conocerlo un poquitín
más.
La TUTTO nos informó de que
al tocar el timbre, teníamos que bajar al patio, haríamos el recreo como si de
un día lectivo se tratase y después al gimnasio, nos tocaba la presentación del
profesor de Ed. Física. Seguro que no sería como Give me five, la profesora del año pasado. Era una chica que se
sentía como una alumna más, muy activa y positiva. Todavía me acuerdo de un
momento inolvidable en su clase:
-¡Callaos ya, no lo repito ni una vez más!-dijo la profesora harta de
la despreocupación de sus alumnos.
Pero poco les interesó a ellos su advertencia así que lanzó un balón a
la nuca de Moskitoumen, que hablaba con alguien de manera tan
descarada que hasta le daba la espalda a la profesora.
Todos echamos a reír y Moskitoumen
le gritaba enrabietado a la
profesora, pidiéndole una excusa razonable de porqué había hecho eso. Solo
favoreció a que las risas creciesen y a que él se pusiese más rojo de la
vergüenza pero hizo que todos centráramos la atención en
ella, haciéndonos callar. Sin duda esa profesora
había sido de las mejores profesoras de gimnasia que jamás he tenido.
Ahora… en el patio…
-Buff..Otro año más
con INSEMINATIONGIRL.-dijo Kiwi, abatido.-
-Bueno… el curso pasado casi no la tuvimos, con eso de su embarazo…
además a mí me cae bastante bien. -dijo I, enseñándole la
lengua.-
-Yo prefiero tenerla a ella antes que a la SARDINA (SARD)-dije poniendo
cara de asco sin saber que el curso siguiente seria mi tutora.-
-¿Y quién no? – Todos reímos al comentario de I.
-¿A alguno os suena CHARYMEN?
-Ese es el de Ed. Física ¿No?
-Sí.
-El nombre no, pero a lo mejor lo veo y me suena la cara o algo…
-Disfrutad del patio, que ahora nos toca otra vez discursito de
presentación…-dice I burlona, interrumpiendo mi conversación con Kiwi sobre el profesor
que conoceríamos dentro de poco y que
sin esperarlo, también sería tutor de dos de ellos el curso que viene.
A lo lejos vemos como se aproximan corriendo Madmuasel
y la Gotica*Rockera.
En
los últimos años, el número de amigos de la Gotica*Rockera había caído en picado. Se había vuelto muy pesada, más de
lo humanamente soportable. Cuando empezó a verse sola se aferró a nuestro grupo
como un chicle al asiento de un cine y, por pena, la aceptamos, aunque
muchísimas veces minaba nuestra moral.
La Gotica*Rockera, empezó a leernos la lista de sus profesores y nos
decía los nombres de sus nuevos compañeros de clase, bueno… de los que se
acordaba. Ninguno le decíamos nada, solo asentíamos, hasta que en un momento me
vi con Madmuasel y la Gotica*Rockera paseando y aguantando sus historias, en cambio, Kiwi e I habían sido más listos, como siempre pasaban
desapercibidos para ellas, se pudieron escabullir y ahora daban vueltas por el
patio, charlando y escuchando música del móvil de él. Gracias a Dios no tardó
mucho en tocar el timbre y por ahora ya no tendría que aguantar sus
historias…solo por ahora…
Como
nos dijo la tutora, nos dirigimos al pabellón de educación física donde se
suponía que tendría que suceder la clase de hoy, pero no. Estando en la gran
puerta acristalada vino un hombre de unos cuarenta años, moreno (con algunas
canas) y más bien bajito que se presentó como CHARYMEN y
nos dijo que le siguiéramos. Toda la clase nos preguntábamos dónde íbamos hasta
que yendo por un pasillo próximo a nuestra clase empezaron a especular que
posiblemente el primer día de educación física lo pasaríamos encerrados. Y así
fue, el profesor nos llevó hasta nuestra aula y nos dijo que sería donde
pasaríamos las próximas dos horas escuchando la normativa y los criterios de
evaluación de su asignatura, eso sí, nos prometió que sería el único día del
curso que pasaríamos de su clase allí.
Los alumnos escuchaban las explicaciones del
profesor, pero a más de uno, lo que en realidad le apetecía era echarse una
cabezadita, pero no querían arriesgarse a que el profesor los fichase para la
lista negra el primer día. Aún así, se escuchaban risas y murmullos todo el
tiempo. El profesor dirigió la vista hasta el fondo de la clase.
Definitivamente M y Lemonmen iban a estar en el punto de mira de CHARYMEN todo el curso. Él no consentía que se le
interrumpiese mientras explicaba, en eso se asemejaba a Give me five.
Después de dos largas
y cansadas horas, tocó el timbre. El profesor nos había parecía simpático, y,
sobre todo, ingenioso, porque vaya bromas que hacía... Ahora nos tocaba
matemáticas, los que conocían a esa profesora hablaban muy mal de ella, pero ni
I, ni Kiwi ni yo la
habíamos tenido nunca, así que no podíamos opinar al respecto.
La GALLAEGA
no tardó mucho en llegar.
Lo primero que hizo fue abrir las vidrieras. Le gustaba el aire del exterior,
todavía veraniego. Cogió la tiza y empezó a copiar los criterios de evaluación
de su asignatura. La tiza era tan grande que se partió en dos en cuanto la
apoyó contra la pizarra. Todos echaron a reír, ese había sido el principio del
final… Lanzó una mirada intimidadora a sus alumnos y con una gran sonrisa, que
más que de simpatía o de alegría pertenecía más a una película de terror,
comentó:
-¡Venga chicos, que no
estáis en primaria, eh! ¡A ver si tengo que sacar a alguien el primer día!-.
Se hizo el silencio en la clase y ya solo se escuchaban los chirridos de
la tiza contra la pizarra y alguna que otra duda de los alumnos (que claro
está, levantaban la mano antes de hablar). Pero ese “respeto” no miedo, que
tenían los alumnos hacia la GALLAEGA
más tarde se
convertiría en objeto de burlas y piques entre alumno y profesor (pero nunca
ofendiendo).
Y, al fin, el
sufrimiento se vio recompensado… ¡a casa! Por fin se acababa un día más, uno de
los primeros, haciendo la cuenta atrás hasta las próximas vacaciones…