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22 de agosto de 2012

Bueno, poco a poco iré subiendo capítulos de una historia escrita por mi y por mi amiga Isabel, desde aquí mandarle un saludo y agradecerle su apoyo.
Esta historia narra nuestro pasado curso 3ºA en el que yo y mi amiga somos protagonistas de esta historia.
Es totalmente cierta y solo narraremos la realidad, aunque en ocasiones ocurran cosas muy surrealistas, nos podréis conocer mas a fondo. Esta es la portada de la historia, que pensamos en todo :P


Y a continuación el primer capítulo:  P.D.: espero que os guste! ;)


EL REENCUENTRO:

En la mañana del 14 de Septiembre del 2011 yo estaba en la parada del bus, escuchando música en el MP4, mi fiel compañero en los momentos de aburrimiento, era el primer día de tercero y no empezaba muy bien, en efecto se me acabó la batería. Se me olvidó cargarlo el día anterior, tan despistada como siempre, me da mucha rabia esta faceta mía de ser tan olvidadiza, todo el mundo cree que estoy “empanada” (aunque parte de razón llevan), pero no siempre es así. Estaba  imaginándome las increíbles historias que  relatarían mis amigos de ese magnífico verano, esa historia de amor, esas tardes al sol, esa mirada en la playa... Soy una chica muy romántica, sensible y dulce, que según  I  es mi lado más irresistible y sexy para los chicos, aunque yo no creo que sea así. Sí que estoy de acuerdo en que en ocasiones la timidez me hace pasar desapercibida, aunque I me haya intentado ayudar a cambiar esa parte de mí (y de hecho algo he mejorado), eclipsando el inmenso potencial que estoy convencida tengo en mi interior, la verdad, es que me identifico bastante con Cris y Pandora, dos de las protagonistas de mi novela preferida, CPP, igual que la de mi BFF. Según dicen soy la amiga perfecta, todos confían en mí, me cuentan sus secretos más íntimos porque saben que jamás los revelaré, y eso es cierto, siempre he sido una tumba. Me considero una buena persona, sé escuchar, intento que siempre se pueda contar conmigo y para mí la familia y los amigos son lo más importante.  I  me intenta convencer de que soy guapa, aunque yo no comparta la misma opinión. La realidad es que mi autoestima no es muy alta y la corta memoria no ayuda, soy rellenita, con ojos marrones, el pelo de color miel, este año más corto que el anterior, porque antes lo llevaba por las rodillas en honor a mi princesa de Disney preferida: Rapunzel, y unos labios carnosos y rosados, eso es lo que más me gusta de mí, aunque ningún chico se fije en ellos, bueno, ni en ellos ni en mí y me alegro por ello, soy demasiado vergonzosa, ¡incluso aún me da vergüenza levantar la mano en clase! Y por eso paso tan desapercibida, además de que no tengo nunca temas de conversación porque soy muy infantil y con la gente de mi edad… Pues no hay mucho de qué hablar. Soy creativa, muy diferente a los demás y tengo un gran sentido del humor, que son las cualidades que más le gustan de mí a mi mejor amiga.

En ese momento llegaba Kiwi, todavía con legañas, mi compañero y amigo desde que hacíamos hamburguesas de arena en preescolar hasta el día de hoy. Es una buena persona, tiene ese carácter inocente que espero no pierda cuando sea adulto, pero un poco irritante, sobretodo en esos momentos en  los que se necesita un poco de paz y entonces deseo que madure. Junto a él estaba la Follonera, también nos conocemos desde preescolar, con una pequeña diferencia, ella todavía mantiene la misma estatura que entonces. No se puede decir que sea mala persona pero a veces tiene mal genio, su característica más destacada y de ahí su mote. Llegaron peleándose como de costumbre, pero siempre desdel cariño, y también llamando la atención del resto de estudiantes que esperaban el autobús. Y desviando mis pensamientos...

-¡Hey! ¡Cuánto tiempo, petarda!-dijo la Follonera-.
-¡Tú calla, enana!-sintiéndome de nuevo como en casa- ¡Déjanos hablar a los mayores! ¿Qué tal Kiwi?
-Bien- siendo esa la respuesta más esperada a las siete y media de la mañana-.
-¿Que tal os ha ido el verano?-pregunta con chispas en los ojos-.
-Como siempre...- digo con un poco de amargura-.
-¿Y este año cuantos libros te has leído ya?- pregunta con un poco de sarcasmo, sabiendo que habría sido una de mis únicas actividades ese verano-.
-He perdido la cuenta, la verdad. ¿Y tú a cuantos te has ligado?- también con sarcasmo, sabiendo su escaso éxito con los chicos-.

Kiwi se reía de la puntillosa pregunta mientras la Follonera le miraba mosqueada, entonces llegaba el bus desviando su cabreo. Todos nos subimos en él, tomando así nuestros respectivos asientos, asignados desdel primer día de la ESO. Ellos hablaban sumergidos en sus relatos veraniegos, pero como yo no tenía nada que contar, seguía con mis reflexiones, asintiendo de manera que los otros pensasen que les estaba escuchando y es que no podía parar de pensar en lo que me ocurrió el año pasado. Me enamoré del Flipao  y estropeé nuestra amistad, una amistad que no me había sido fácil encontrar, porque me cuesta mucho relacionarme con el sexo opuesto. Solo quería hacerme un propósito, este año lo dedicaría exclusivamente a los estudios y a mis amistades, nada de temas del corazón, ya había sufrido bastante.
Ya en el instituto, nos encontramos con algunos de nuestros amigos y con ellos esperamos a los que faltaban. Allí estaban: el Flipao, la Niña de la camiseta, la Guitarrista, la Gotica*Rockera, Buda, Puti, Magnetgirl, Madmuasel, Auch y Fringegirl. Después llegaron Smile, SLy y Owlgirl que se unieron al grupo para hablar con  Fringegirl.


Mientras... en casa de  I:

Estaba delante del espejo, como casi siempre, dándome el último retoque antes de salir: un poco de gloss en los labios, ya está, ¡Lista! Soy tan coqueta... no lo puedo evitar. Eso solo pasa desde hace uno o dos años, exactamente desde que empezó el instituto. Sé que tampoco estoy tan mal, me gusta mi pelo ondulado, castaño y largo, mis ojos (a veces eclipsados por las gafas. Maldita miopía, pensaba) grandes, expresivos y marrones, que se volvían verdes con la luz del sol, mi cuerpo, tal vez con un poco de tripa, pero aun así me gustan mis curvas y mi figura, y más hoy, que llevo la nueva camiseta con escote, unos shorts ajustados y mi gloss preferido. Sé sacar partido al lado más sexy arrasando con todo el mundo que pasa por mi lado. Soy divertida y abierta, gustándome así salir y conocer gente nueva. Y aquí estoy, dispuesta a comenzar con buen pie el curso, esperando que sea igual o mejor que el año pasado.
Sin embargo, aparte de toda la alegría de volver a reencontrarme con todos, un pensamiento amargo no deja de invadirme durante todo el tiempo: ¿Cómo será el instituto sin la Pija? Ha sido mi mejor amiga desdel primer momento que la vi cuando me senté a su lado en tercero de primaria y no sabría ahora cómo vivir sin ella. Está bien... sé que seguiremos quedando y hablando pero ya no será lo mismo en clase. Desde que me enteré de que se cambiaría de instituto, estuve dándole vueltas a cómo sería no escuchar todos los días su risa, esa risa encantadora que alegraba al más triste, no acompañarla en sus locuras, no oler su perfume, no abrazarla y no pelearme con ella, siempre desdel cariño, como Kiwi y la Follonera.
No es tan malo, así cuando nos veamos tendremos más cosas que contarnos y más ganas de vernos. Sí, seguro. Tan positiva como siempre, eso es lo que más les gustaba a los demás de mí, que siempre cuando estaban tristes o tenían un problema ahí estaba yo para apoyarles, aconsejarles y sobretodo, ser optimista, o eso dice Y, que siempre intenta convencerme de que soy una de las mejores personas que existen, ella siempre igual, intentando animarme cuando me siento la persona más horrorosa del mundo. También dice que siempre sé qué hacer y decir en cada instante, siempre sé lo que quiero, que ya le gustaría a ella ser así. Al final siempre acaba animándome, por eso las buenas amigas son muy importantes en mi vida y no sabría qué hacer sin ellas.

También pienso en cómo será volver a ver a Ballenato Men, después de todo lo que pasó el curso anterior no me quiero ni imaginar cuál será su reacción, quizá se vuelva a enfadar y además con razón, pero tal vez ya no quiere acordarse de nada y hace borrón y cuenta nueva, sí, tal vez, y solo tal vez... Ya he barajado varias veces la posibilidad de intentar hablar con él y decirle la verdad, decirle que él era el chico que me gustaba y que todo fue un malentendido. Uff... pero sé que será bastante difícil, conociendo su carácter... es buena persona pero se enfada fácilmente... bueno, a lo mejor no es que se cabree rápido, sino que yo la fastidié demasiado... en fin, lo hecho, hecho está.

Miro el reloj suspirando, cojo la mochila nueva y le doy un beso a mi madre antes de salir, la cual me desea buena suerte y me mira irme orgullosa.

En el instituto...

Estaba un poco estresada con tanto alboroto y a la vez ausente, esperando la llegada de  I , una de las últimas en llegar, como ella siempre dice: Lo bueno se hace esperar. Cuando quedan cinco minutos para que toque el timbre, aparece muy contenta por reencontrarse con la “peña”. Le saludo y me uno a la conversación.  I  parece que estrena camisa o al menos no se la había visto nunca…Hay que ver el estilo que tiene esta chica, es provocativa hacia los hombres pero, lo justo, sin perder la clase. Siempre me había gustado la manera que tenia de conjuntar la ropa y solo había empezado a usar camisetas más escotadas y pantalones más cortos desde el año pasado. Sé con seguridad que ese año fue muy duro para ella, la enfermedad de su madre, la marginación por parte de los de la clase y esos problemas de amor, intenté estar hay siempre que pude, pero no fue suficiente… Pero este verano me había hecho un propósito: pasaría más tiempo con ella, si hacía falta me convertiría en su sombra, no soporto verla sufrir y haría todo lo que estuviese en mi mano para apoyarla en los malos y buenos momentos, al fin y al cabo es mi mejor amiga y lucharía por su amistad. Ahora ya no estaría la Pija,  para ella era como Kiwi para mí, habían vivido la infancia juntas y eso no se olvida, aunque siempre podrían quedar ya no sería lo mismo, por eso tenía que ayudar a  I  a sobrellevar su ausencia, ella era especial, yo misma la conocí y fui su amiga durante dos años y aún se me hace pesado el pensar en que este año no la veré… Pues no me imagino como estará  I . Pero yo tenía que ser fuerte, o al menos aparentarlo, porque todo el curso separadas nos pesaría a las tres, pero no podíamos hacer nada, había cambiado de instituto y eso no lo podíamos remediar.

Todos están nerviosos, no saben en qué clases les tocaran. ¿Y si no les toca juntos? ¿Y si el tutor no les cae bien? ¿Y si les toca con el cañón de sus sueños? ¿Qué haré si me toca con él? Me moriré...


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